FE DE ERRATA ANGEL ACEDO

FE DE ERRATAS (23 nov. 11)

ANGEL  ACEDO

El manejo y destino final de la basura que todos, en mayor o menor medida producimos, genera una serie de desencuentros entre la ciudadanía y las autoridades responsables de generar un esquema eficiente para la recolección y el tratamiento de los desechos  domésticos, sin lugar a dudas, en la medida que  éste servicio cumpla con su función, en esa misma proporción se tasa la imagen de la autoridad municipal, que es la directamente responsable del servicio de recolección de basura.

No obstante la obligatoriedad  en la prestación de este servicio por parte de la autoridad municipal, durante los últimos lustros, las autoridades han generado una serie de resquicios legaloides para privatizar la recolección de la basura doméstica e industrial, propiciando la creación de una inimaginable trama de intereses en el marcado de la basura.

Mantenerse vigente y sobre todo con utilidades, no es nada fácil para los empresarios de la basura, los pequeños sobre todo, ya que el manejo prácticamente discrecional de los contratos de concesión del servicio ha propiciado el encumbramiento de verdaderos monstruos industriales, con influencia en prácticamente todo el territorio nacional.

Evidentemente, esos monstruos industriales aterrizan en un municipio cualquiera, con la finalidad de desplazar a costa de lo que sea, a los pequeños  empresarios regionales. En la intención de desbancar a los pequeños empresarios, los consorcios recurren a todo: Prácticas tan desleales como ofertar un precio menor por el mismo servicio y por supuesto a la ayuda de cuestionables organizaciones ambientalistas que pretenden salvar el entorno ecológico con miopes recomendaciones.

En este contexto, los primeros días de noviembre vivimos un escándalo mediático por el funcionamiento aparentemente irregular de un confinamiento de basura en el municipio de Empalme. Los señalamientos en cuestión fueron asestados por Carlos Alvares Flores, presidente de la Asociación Civil México Comunicación y Ambiente.

Salta la duda en cuanto a la abnegación ambientalista de Alvares Flores,  ya que en una breve consulta a la página de internet del organismo que preside, sobresale una cadena de denuncias por presuntas irregularidades en el manejo y destino final de la basura en diversas ciudades del país, el común en estos señalamientos es su obsesión por los desechos domésticos.

Donde está el meollo del asunto, se preguntará con justa razón, las fuentes consultadas señalan que como consecuencia de las denuncias presentadas en por lo menos diez ciudades desparramadas en la geografía nacional, los pequeños empresarios de la basura se han visto desplazados, les han suspendido sus pequeños contratos, para beneficiar en todos los casos a la empresa Promotora Ambiental  S.A. (PASA), compañía con sede en Monterrey.

Ciertamente, el predominio de la empresa PASA en los municipios grandes de nuestro estado, se ha venido consolidando durante los últimos quince años, sin embargo su eficiencia ha sido duramente cuestionada en el pasado reciente por el incumplimiento de los términos establecidos en los diversos contratos de servicio. Se le ha acusado de cobros indebidos, es decir, facturar servicios no realizados, incumplimiento con los roles de recolección, exigir la exclusividad del manejo de los rellenos sanitarios habilitados por los municipios, es el caso de que si otra empresa de dicada la colecta o reciclamiento de desperdicios necesita confinar en ese lugar su producto, tiene que pagarle a PASA un tanto por tonelada confinada.

Además, el consorcio regiomontano  es señalado reiteradamente de practicar un terrorismo laboral entre sus empleados, pagar salarios que apenas cubren el mínimo y una serie de condicionamientos  para conservar el pomposo empleo de tirabichis.

La miopía del  acusador itinerante y su Asociación Civil México Comunicación y Ambiente, consiste en el hecho de que Carlos Álvarez Flores vino a Sonora a señalar el problema de los confinamientos de basura,  ciertamente es un problema que hay que atacar de fondo y con recursos suficientes, pero al señor ambientalista se le olvido voltear hacia las compañías mineras que han multiplicado sus explotaciones en nuestro estado, la contaminación de los mantos acuíferos ocasionados por la industria minera en  sonora son de proporciones catastróficas para nuestro futuro.

 

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