Manuel Fernando López y Carlos Armando Briones
El término anterior se aplica siempre a tiranos, a déspotas que desde el poder exterminan a ciudadanos indefensos y, la historia está llena de ellos. Contiene video YouTube.
https://www.youtube.com/shorts/OY35w1vRpEg
Hitler, Stalin, Fidel Castro y, una larga lista de sátrapas con las manos manchadas de sangre inocente figuran en las páginas de la historia; México, nuestro amado país no ha escapado a tales asesinos y sicópatas; recientemente murió un prototipo de esta especie: Luis Echeverría Álvarez.
Por desgracia, el término de genocidas, ha aplicado al espectro político: nada más erróneo; debe aplicarse también para otros asesinos, criminales y ecocidas.
https://www.youtube.com/shorts/J7dgqtlwf8M
En San Antonio de la Huerta, otrora un pueblo feliz enclavado en la sierra alta de Sonora, la muerte gravita sobre sus habitantes que en forma gradual, lenta, van muriendo por intoxicación brutal en sus organismos, gracias a la explotación de oro por parte de los genocidas escudados en el nombre de Sapuchi Minera.
Empresa que llegó y, compró los derechos de Minerales Libertad; misma que explotaba el cobre inicialmente; con los metales, llegó la ambición, las deslealtades y, la compra para acallar conciencias entre los mismos habitantes del pueblo
Lo peor; llegó la muerte, el dolor y, el adiós a la esperanza de ver mejorar las condiciones de vida; la eterna historia de enfrentar a los poderosos, mismos que obviamente no viven en el lugar y, diariamente revisan la bolsa de valores en Wall Street.
Desde hace rato, en esta tribuna periodística, hemos denunciado el brutal ecocidio en San Antonio de la Huerta y, de la lucha de pocos por corregir lo anterior.
Hoy, las lluvias en Sonora, han vuelto a gritarle a la sociedad, la inminencia de una tragedia más derivada de explotar la tierra sin los protocolos internacionales al respecto.
De no hacerse lo correcto, en pocas horas, el río yaqui, verá llegar a sus aguas, cientos de metros cúbicos del letal cianuro y, demás componentes usados en el proceso de lixiviación, porque los almacenamientos en la mina, están rebasados y, en consecuencia amenazantes.
De no atacar este enorme drama, tanto el gobierno estatal como primera instancia y, el federal, se verán rebasados y, luego como siempre: a repartir despensas y, demás migajas a la gente.
Si no controlan esto, a ver cómo le harán para explotar el litio: bueno, el junior de Taddei, tiene la respuesta.












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