Manuel Fernando López
En la mitología griega; Hermes fue el mensajero de los dioses –a la postre Roma, le llamó Mercurio—y, bien podría considerarse el prototipo del reportero; profesión definida por Armando Fuentes Aguirre “Catón”, como una “profesión amarga, pero de dulces recuerdos”.
Incluso, los cuatro evangelistas — Mateo, Lucas, Juan y Mateo—cumplieron una función como tales, al describir la historia y el transitar del Alfa y Omega por este mundo.
En fin, hoy –ayer—celebramos el día de la libertad de expresión y, el término de “celebrar”, más bien sería “llorar”, debido a tanto dolor, a tantas muertes causadas a nuestro amado gremio.
Jamás imaginé, cuando allá en 1985, me dieron la “alternativa” – como a los toreros incipientes—libreta de por medio, para cubrir la “fuente” deportiva, teniendo como jefe a mi inolvidable amigo, Jesús Arturo Llánes Camacho, que la vida me conduciría por senderos increíbles de la información.
Pero, olvidemos mi historia, lo importante es la de todos quienes andamos en la brega y, vivimos los sufrimientos y avatares propios de esta profesión, elevemos las copas y digamos ¡Salud!.
Recuerden: sin dolor no se llega al placer.
¡La suerte está echada!.












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