Manuel Fernando López
El Código
¡Oh dioses!, gracias por premiarnos con la presencia de todo un “Virrey” en el Club Obregón, se dignó –van varias veces—recientemente a bajar de su pedestal y, libar que fue un encanto el ambarino líquido en la cantina en mención, donde grandes jornadas etílicas hemos vivido varios reporteros.
Claro, es muy entendible que busque darle salida a tantísimo estrés que le genera su enorme responsabilidad al frente de Bienestar, donde cobra – y, muy bien—y, nada mejor que “tirar la polilla” bailando con damas, que quizás tras el rosario en la capilla del Carmen, acuden a dicho lugar para sentir el orgullo de bailar nada menos que con Jorge Taddei Bringas.
Digna de admirar su gracia indiscutible para “mover el esqueleto” ante los parroquianos asombrados porque la verdad “es muy raro” que un funcionario de tal nivel, descienda a darse “baños de pueblo” en lugares como el mencionado y, no ir con base en lo que percibe económicamente a lugares más “finos” y caros.
Pero abrevó bien en sus años universitarios –un fósil pues—y seguidor de la doctrina marxista, impregnarse del sentir del pueblo, comulgar con “la raza”; nada de acudir a lugares donde los “odiados burgueses y capitalistas”, toman bebidas ajenas a su rango.
“Caguamonas”, nada de hipocresías, porque él, no es “fifí”; es chairo y, en consecuencia detesta a los “conservadores y neoliberales”.
A continuación, el video mostrando su arte para el bailongo.