El Código… Luz al final del túnel

Manuel Fernando López

Bien dicen, quien porfía mata venado y, todo un experto en cacería resultó Claudio Huidobro Cárdenas, dirigente del sindicato de guardias de seguridad privados afiliados a la CTM, que suman cerca de treinta mil hombres y mujeres prestando sus servicios en la entidad.

Ojo: Claudio, dirige aproximadamente cuatro mil guardias en Sonora; mismos que desde hace unas horas y tras larga lucha con gobiernos insensibles a sus reclamos por un trato digno y apegado a lo que establece el derecho laboral, ahora con Alfonso Durazo Montaño y su titular de seguridad pública, María Dolores del Río, aterrizaron para mejorarles sus condiciones la ya conocida como Ley Huidobro –196 de seguridad privada de Sonora—y, tan fue así que se conformó el consejo técnico de seguridad privada.

Mismo con la finalidad de garantizar la rectoría del Estado, dar un servicio de calidad a clientes y usuarios, garantizar a los empresarios la seguridad a sus inversiones y, el más importante garantizar los derechos laborales y mejorar la calidad de vida de los guardias.

Además, algo por demás importante y así se lo hizo ver María Dolores del Río a Claudio Huidobro: obligar –mensaje para Olga Armida Grijalva Otero secretaria del trabajo – a los contratantes a respetar la jornada de ocho horas  diarias y, en caso de exceder éstas, pagar las horas “extras”.

No fue todo: de aquí en adelante y, con base en esta ley, habrán de detectarse empresas “piratas” que amparadas por corruptelas de políticos y, sin reunir los  requisitos de ley, llevan años lucrando al erario en  turno.

Muy importante en este logro fue definitivamente el apoyo de Javier Villarreal Gámez, dirigente de la CYM en Sonora, Gabriel Parra Gil, asesor jurídico de la central, del profesor Victor Manuel Bracamontes. Del ingeniero Héctor Meléndrez Rascón y, demás compañeros en esta lucha de Claudio Huidobro Cárdenas.

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