Manuel Fernando López
Nunca como ahora, tanto a nivel nacional como en lo estatal y, sobre todo en mi siempre querido Nogales, esta frase de Voltaire — “El gran cínico”– tenga validez brutal ante el agandalle y voracidad de la nomenklatura de Morena por imponer a sus incondicionales y, sobre todo advenedizos.
Hace días publiqué mi columna con el título “Rebelión versus cascajos”, afirmando que la espiral en tal sentido venía en serio; factores claves en esto, son en primera instancia quien funge –o finge—ser presidente de Morena en Sonora, Adolfo Salazar Razo y, quien vanamente quiso convencer al rebelde Nahum Omar Mendoza que nada tenía que ver Alfonso Durazo, en la decisión de elegir como candidato a la alcaldía de Nogales, al excecrable de Juan Francisco Gim Nogales.
Ayer en rueda de prensa Nahum Acosta, le tiró al candidato para gobernar Sonora, la responsabilidad de coordinarle la campaña en dicha frontera y, de paso, lo más grave para la estructura morenista, le acompañan 500 o más personas para posiblemente adherirse abiertamente a la campaña de Ernesto “el Borrego” Gándara.
Saque usted cuentas amable lector, el efecto multiplicador vía voto, de estas 500 personas en el ámbito familiar: de paso renunció –Nahum Acosta—a Morena y a sus dos regidurías otorgadas como prebendas para su labor.
Se hartó, igual que muchos de las decisiones cupulares, recordando la farsa montada para hacer candidato por el Partido Redes Sociales Progresistas, al corruptérrimo ex alcalde de Nogales, Cuauhtémoc Galindo, con varias denuncias ante la Fiscalía Anticorrupción que dirige Odracir Espinoza.
Personajes expertos en la división, han sido sin lugar a dudas la presupuestívora María Dolores del Río Sánchez y, por supuesto del guacho ex delegado de Iztapalapa –donde quedaron constancias de su prepotencias y corruptelas—Jesús Valencia, quien ya con la panza llena de carne de calidad, creyó que venía a “arrear indios” e imponer a candidatos afines a su ambición, con los resultados antes descritos.
El fuego de la rebelión contra tales personajes nefastos, arrasa el bosque de Morena a lo largo y ancho de Sonora y, al bombero en jefe parece no importarle, aún cuando puede ser el principal inmolado.
Falta por ver en horas o días, la decisión que adoptará el actual alcalde Jesús Pujol Irastorza.
¡Alea jacta est!.












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