David López, ¿candidato a gobernador de Sinaloa?

David López

David López Gutierrez, Enrique Peña Nieto y Mario López Valdéz

Ernesto Hernández Norzagaray

David López Gutiérrez, hace un año, era un desconocido para el gran público sinaloense incluso en el medio político no era una figura muy visible pues su carrera política la había hecho en los últimos años a la sombra de El Príncipe.

Fue el Presidente Peña Nieto quien prácticamente lo dio a conocer cuando en 2014 en un acto público en Mazatlán afirmó: «Creo que cada vez que viene (David López Gutiérrez) aquí los políticos sinaloenses se inquietan mucho, pero no hay razón para ello», dijo el Presidente y ahondó: «No debe haber razón para ello, porque David está en lo suyo, apoyando al Presidente en la comunicación, pero nunca mates esperanza alguna mi queridísimo Gobernador» acto seguido Peña Nieto soltó sonora carcajada. Las risas de aquel momento hoy se han vuelto gestos de duda, molestia e incertidumbre entre los aspirantes priistas.

El Pecuni, como le dicen sus más íntimos, deja la Coordinación de Comunicación Social de la Presidencia de la República para convertirse de facto en diputado plurinominal. No tendrá que hacer campaña, al menos para ser integrante de la LXIII legislatura pues encabeza la lista de la primera circunscripción plurinominal. Hay, tres posibilidades de explicación de la separación de la administración pública federal.

Una, que la salida obedezca a qué su trabajo estaba pensado para un escenario de baja conflictividad social y política, con manejo convencional de la información y los medios, pero no para una situación de crisis profunda del sistema político que exige estrategias de comunicación más heterodoxas; dos, que él se lo haya pedido al Presidente en perspectiva de luego convertirse en el candidato de la coalición que encabezará el PRI en el 2016 incluso que tenga el apoyo de la Presidencia si su candidatura levanta y cohesiona y, Tres, que sea una forma decorosa de jubilación política lo que significaría prácticamente la desaparición del grupo llamado Chilorio Power, en caso de que la mancuerna con Heriberto Galindo no resulte ganadora.

Crisis del sistema

Es evidente que la crisis política que durante varios meses el Presidente Peña Nieto ha querido sacudírsela. Una vez tomándose la foto con los padres de los muchachos desaparecidos de la normal rural de Ayotzinapa con el subsiguiente carpetazo del procurador Murillo Karam, otra más apoyando una ley anticorrupción, la detención de importantes capos y la más reciente, el glamoroso viaje que Peña Nieto ha hecho como Jefe de Estado al Palacio de Buckingham y a 10 Downing Street, la oficina del Primer Ministro.

Lamentablemente, para ellos, algunos de estos actos terminaron siendo gasolina a un fuego que ya es incendio en algunas regiones del país. Sería exagerado decir que la culpa fue de la Coordinación de Comunicación Social, por no saber cómo controlar sobre todo la prensa internacional, que es la que duele más a la Presidencia porque le descompone todo el escenario montado por las grandes televisoras y correas de trasmisión. Hay cosas que puede controlar y otras que son responsabilidad de más arriba.

Entonces, tiene que ver con las decisiones políticas que pudieran dar mayores argumentos a un coordinador de comunicación o al relevo. Y, hasta donde logramos ver, en el gobierno no existen cambios sino una fuga hacia adelante. Hay cambios de funcionarios pero no de políticas que restablezcan la confianza perdida. Y eso, terminara llevando a la impotencia a Eduardo Sánchez, el nuevo encargado de esta función en la Presidencia de la República. Aunque en política, recordemos, siempre hay que hacer ajustes en el gabinete como también es oportuno abandonar el barco cuando puede costar u obstruir una posición política.

Bajan en la siguiente esquina

Es probable, entonces, que ante una estrategia gubernamental de fuga hacia adelante López Gutiérrez haya decidido ir en busca de un nuevo escenario de participación política. La comodidad de una diputación plurinominal en una posición privilegiada donde nada se arriesga. Será diputado federal sin lugar a dudas y eso le permitirá tener un margen para moverse con libertad por los ochos distritos electorales del estado. Si su objetivo es llegar a ser nominado candidato de su partido. En caso contrario, permanecerá en la comodidad de la lejanía del DF y quizá apoyando las aspiraciones del diputado Heriberto Galindo, su amigo, correligionario y paisano de la patria municipal.
Jubilación
Finalmente, puede que su salida entrañe una jubilación política que le permita abandonar paulatinamente y decoro el escenario político, luego de que según trascendidos tuvo problemas de concepción con el treintañero Aurelio Nuño, quien es el responsable de la oficina de la Presidencia de la República. López tiene en contra la edad pues actualmente cuenta con 66 años, y en caso de alcanzar la nominación y salir electo, tendría al empezar su mandato prácticamente 68 años. Una edad muy avanzada y sin precedente en el estado, cercana solo a la del senador Aarón Irizar que acaba de cumplir 65 años. Antes ningún aspirante pasó los sesenta.

López Valdez llegó a la gubernatura con 53 años, Aguilar Padilla a los 52, Millán Lizárraga y Vega Alvarado, a los 55, y el más joven, fue Francisco Labastida Ochoa, quien alcanzó la gubernatura a los 44 años. Los otros aspirantes priistas son Galindo Quiñones, 63 años, Gastélum Bajo 53, Vargas Landeros, 53, Vizcarra Calderón, 55 y Amador Gaxiola, 58. Y pensando en los posibles candidatos más visibles de la oposición por el PAN, Félix Guerra cuenta con 52 años, el pasista Cuén Ojeda, 59 y el independiente Clouthier Carrillo, 53.

La edad no fuera un problema sino tuviera que ver la función y la naturaleza del estado. El cargo reclama tiempo completo y eso obliga a tener una gran fortaleza física para aguantar largas jornadas de trabajo y viajes constantes dentro y fuera del estado. Más aun, en caso de ser nominado y ganar la elección constitucional gobernaría un estado donde, de acuerdo a cifras del INEGI en 2013, más del 50% de la población cuenta con menos de 26 años.

Sin embargo, más allá de intenciones y edades, cabría preguntarse si el status de diputado federal le servirá, si fuera el caso, para posicionarse y cohesionar al priismo sinaloense. Llama la atención la declaración del gobernador de que es la carta fuerte del PRI para el 2016. Hay quienes dicen, que el exabrupto del gobernador, obedece a sus propias preferencias que evidentemente no son la de Jesús Vizcarra. Si no la cualquier otro priista. Y por ello, en su juego de candidaturas, sabe a quién no quiere y al qué no descarta. Pero, no se olvide una máxima de Fidel Velázquez que según dicen le comentó a Juan Millán: En todas las sucesiones de gobernador fíjate quien es el más cercano al gobernador.

En fin, cualquiera que sea el futuro de López, lo cierto es que sigue provocando nerviosismo y desconcierto

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