México y Sonora, el mejor ejemplo de una nueva etapa de la globalización Primera parte

Por Redacción Mar 9, 2023

Dr. Carlos Germán Palafox Moyllers

Hermosillo Sonora 14 de Marzo 2023.-En los últimos tres años hemos entrado a una nueva fase de la globalización; la pandemia y la invasión a Ucrania han empujado al mundo hacia una nueva época. Si bien la economía global se aleja de la abrupta caída a la que se dirigía hasta hace poco, como lo señalaron muchos expertos, afronta un camino difícil, repleto de problemas potencialmente persistentes. Sin embargo, en este nuevo concierto internacional hay una ventana de oportunidades para países subdesarrollados, especialmente para la economía mexicana.


Por diversas razones, México se ha vuelto muy atractivo para el establecimiento de diversas empresas, entre las que se encuentran la cercanía con EEUU, el costo de la mano de obra, y las ventajas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en vigor desde 2020. Por otro lado, la actual guerra comercial entre Washington y Pekín ha hecho que muchas compañías descarten al país asiático, que desde 2018 cuenta con aranceles.
Algunas de las empresas están transitando del «Made in China» al «Made in México». Si hace décadas lo más recurrente era el offshoring o deslocalización (llevarse las fábricas a China para fabricar a bajo costo), ahora la tendencia es volver a zonas geográficas más cercanas de los procesos de producción a gran escala. Llevamos años hablando de deslocalización. En general, se trata de empresas que trasladan sus operaciones de producción a otros países donde el costo salarial es inferior y las condiciones del mercado de trabajo son más favorables.
La deslocalización de empresas que ha tenido lugar en la última década buscaba reducir costos de producción. Hay ejemplos tan famosos como H&M o Nike que fabrican en China e India. Sin embargo, por la crisis sanitaria de la pandemia, la interrupción de la cadena de producción o supply chain ha dejado ver las fisuras de ese sistema.
Los diversos problemas de suministro en el sector textil o tecnológico desde el principal proveedor mundial, que es Asia, junto con los cierres de fronteras o las dificultades para la exportación, motivan a países como Turquía, Portugal o España a relocalizar sus lugares de producción. Esto implica una solución para la industria, pero también la posibilidad de creación de empleo para la región.
La pandemia ha puesto en evidencia que la deslocalización puede ser muy poco funcional ante ese tipo de escenarios. Por ello, el contexto actual demanda la relocalización o nearshoring de los lugares de producción. Las principales ventajas son que ahorra costos a la empresa, mejoran la economía del país, y supone una fuente de creación de empleo. El sector industrial, especialmente el textil y el tecnológico, necesita corregir las interrupciones en la cadena de proveedores, y precisamente la apuesta por volver a ubicar la producción en los países de las empresas se denomina relocalización

El nearshoring es una estrategia de externalización; es decir, cuando una empresa transfiere parte de su producción a terceros que, a pesar de ubicarse en otros países, se encuentran en destinos cercanos y con una zona horaria semejante. El objetivo es que la producción no se vea obstaculizada por problemas en la cadena de suministros. Y, al igual que con el offshoring, reducir los costes de producción y logística al máximo.
¿Qué lo está impulsado? Las deficiencias de China en su coyuntura actual. Con la pandemia, la logística del offshoring se vio mermada, ya que muchos de los proveedores de EEUU están en Asia, y más aún cuando China vio interrumpida su industria por un brote masivo de contagios y una férrea política de cero Covid. Ahora que los países están volviendo a la normalidad, y que la recuperación ha llegado en Occidente, confiar en el comercio exterior ya no es una opción tan buena.
Por otro lado, EEUU es el mayor importador mundial, y aunque China haya sido desde siempre su mayor proveedor, las relaciones entre estos dos países es cada vez más tensa. A todo este panorama se le suma la invasión de Rusia a Ucrania, una guerra que evidencia el peligro de la dependencia de energéticos.
México
Santa Catarina, un municipio de Nuevo León con menos de 310000 habitantes se prepara para recibir la nueva planta de Tesla. El multimillonario Elon Musk y el presidente Andrés Manuel López Obrador llegaron a un acuerdo para que la empresa instale allí su nueva fábrica, capaz de producir hasta un millón de coches eléctricos al año, con una inversión cercana a los 5,000 millones de dólares.
El espacio geográfico elegido por Musk no es al azar. Aunque no está en Estados Unidos, se encuentra a solo 380 kilómetros de Austin Texas, epicentro de las operaciones de Tesla. Tampoco sería la única empresa del sector automotriz con líneas de fabricación en nuestro país, pues empresas como Audi y BMW ya cuentan con plantas de fabricación similares. De hecho hace algunas semanas BMW anunció una inversión de 870 millones de dólares para la construcción de un centro de producción de baterías eléctricas en su planta de San Luis Potosí.
Tendencia
Esto ha motivado que varios sectores como el tecnológico, el del metal, el eléctrico o el electrónico, quieran beneficiarse, y para muchas empresas asiáticas México también está siendo la puerta de entrada al mercado estadounidense. Según datos de la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP), solo en el último año se construyeron 47 nuevos parques industriales en el país, y las estimaciones apuntan a que el nearshoring generará 30.000 millones de dólares en México en 2023.
En la próxima entrega se analizará el potencial de México y de Sonora ante este nuevo concierto internacional.
Dr. Carlos Germán Palafox Moyllers
Subsecretario de Egresos de la Secretaria de Hacienda de Sonora y Maestro del Departamento de Economía de la Universidad de Sonora

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