Manuel Fernando López
Era hora de que alguien y, sobre todo un gobernador como Alfonso Durazo Montaño, para en seco a los yaquis hampones adueñados del paso obligado a conductores para expoliarlos, para robarles y, en muchas ocasiones hasta golpearlos físicamente en caso de no “cooperar” con la “mochada” impuesta por ellos en el retén de Vícam
Horas y horas de transportistas procedentes del sur del país – en especial del vecino estado de Sinaloa—trayendo mercancía diversa quienes encima de pagar miles de pesos en las casetas de “robo”, perdón de cobro, encima deben lidiar con estos yaquis asaltantes.
Encima de que el gobierno federal, con todo y sus limitaciones económicas ha buscado ayudarles para dignificar sus vidas y, donde el gobernador ha sido un interlocutor valioso en este afán, “muerden la mano” , en desacato y franca burla a la ley .
No tardan en clamar como siempre en su eterna letanía, invocando el glorioso pasado de sus ancestros—absolutamente cierto—que están lastimando sus derechos y, demás cantaletas de rigor.
Bien gobernador por usar la fuerza del Estado contra tales delincuentes; esto es gobernar para todos y, no seguir tolerando a esta gavilla de vividores, de léperos y asaltantes.
“Pues la fuerza es justa, cuando es necesaria…” consignó Nicolás Maquiavelo y, usted gobernador cumplió al pie de la letra con tal concepto; este es el deber del Estado y, no le tembló la mano para hacerlo.
Siga así y, todos, le seguiremos en su encomienda; nada de “abrazos, no balazos…”.
Simplemente aplíquese la ley contra quienes la violentan; el pueblo, sobre todo esos titanes de nuestras carreteras deben estarle muy agradecidos.
“Dura es la ley, pero es la ley..”.