Manuel Fernando López
La verdad, se requiere mucho valor y, sobre todo dinero para atreverse a circular por nuestras carreteras nacionales ante las inumerables casetas de robo—perdón de cobro—que convierten a nuestro país en ocupar el vergonzo primer lugar en el mundo en este sentido.
Al menos quedara a los sufridos automovilistas y transportistas de carga, el triste consuelo de transitar por vías de primer mundo, de las llamadas “inteligentes” en Europa; pero aquí los únicos inteligentes, son los eternos vivales llenándose los bolsillos a manos llenas sin auditorías que temer, pero es criminal la forma en que continúan saqueando con el Visto Bueno del gobierno en turno a los indefensos ciudadanos.
Quien ésto escribe, sufrió en días pasados en carne propia el viacrucis – al fin Semana Santa—anterior, al contemplar el brutal atraco que desde hace más de treinta años se comete en la caseta del puente San Miguel casi para entrar a Los Mochis, Sinaloa.
Para más identificación de los sonorenses y, hermosillenses en particular, sobre todo amantes del béisbol: está ubicada en San Miguel Zapotitlán, lugar de donde es originario José Luis “El Borrego” Sandoval, de gratos recuerdos para la afición naranjera y, pasando los cerros de Barobampo.
¿Sabe usted cuánto mide el dichoso puente, con cuya construcción terminada hace más de treinta años, siguen cobrando –perdón, asaltando – a los mexicanos?.
Actualmente el cobro es desde 40 pesos por moto, 80 pesos por vehículo y 258 para camiones de siete ejes por unidad…
¡Doscientos metros lineales!: puede considerarse y así inscribirse en el libro Guiness, como el puente más caro del mundo y, por supuesto el más redituable para la bola de empresarios léperos, que aún cuando dicha concesión hace mucho finiquitó la siguen detentando y usufructuando para su beneficio personal.
Basta contemplar dicho puente para saber que bien pudieron construirlo uno diez albañiles con sus respectivos “chalanes” y, que en su momento fue anunciado como la “gran obra” que traería “enormes beneficios” para los sinaloenses.
Con todo el dineral obtenido por tales “pulpos”, pudo costearse muy bien el famoso “Golden Gate” de San Francisco y, encima haber sobrado dinero.
Pero, estamos en México y, peor aún: con los alineados de la 4T encima y, dispuestos a no soltar la mazorca presupuestal para “no vivir en el error”.