Manuel Fernando López
Como pocas ocasiones, la sucesión en Sonora rumbo a suceder a Claudia Artemisa Pavlovich Arellano, luce muy, pero muy complicada para quienes pretenden lo anterior.
Moviéndose abiertamente, está el aún titular de Seguridad Pública en el país, Alfonso Durazo Montaño; las cuentas como tal, no son nada satisfactorias; larga es la fila de muertos a lo largo y ancho del país y, también la rendición de plazas ante los carteles del narcotráfico.
La gran incógnita en este escenario es definitivamente, Ernesto Gándara Camou, el mejor posicionado, pero permanece a la expectativa: discreción absoluta ha sido su sello desde hace rato; pero de que está moviéndose la respuesta es sí; es su última oportunidad y, él lo sabe.
La oportunista y, a quien la justicia tiene en la mira, es Ana Gabriela Guevara, diezmada –para beneplácito de Alfonso Durazo—en sus aspiraciones a gobernar Sonora; la persiguen denuncias varias por extorsión y saqueo al erario deportivo.
Y, parafraseando la frase enviada al centro de lanzamiento espacial, “Houston, we have a problem”; la iluminada – vio la luz, como Saulo de Tarso—senadora Lilly Téllez, fiel a su estilo contradictorio, dijo que va por la gubernatura.
Quien traiciona una vez, traiciona toda la vida y, la senadora traicionó a Morena para irse a los brazos del PAN, donde este jueguito lo conocen muy bien.
¡Alea jacta est!.