La Revolución Digital y Cambridge Analytica (2/2)

Por Redacción Abr 12, 2018

Dr. Carlos Germán Palafox Moyers Docente-Investigador del Departamento de Economía de la Universidad de Sonora y Consejero del Observatorio Ciudadano de Convivencia y Seguridad del Estado de Sonora (OCCSES).

En la entrega anterior señalábamos que el mundo está presenciando un punto de inflexión en la dimensión tecnológica y sin duda cambiará el funcionamiento de las sociedades así como el de las economías y por lo tanto revertirán los viejos modelos e instituciones comerciales, anunciando una nueva era en la dimensión económica, social y política. ¿Cómo responderemos? Esta es una buena interrogante.

También planteábamos que el impacto social y político de la revolución digital podría ser aún más impactante que en él pasado. Especial atención merece el gran dilema al que nos está llevando esta evolución digital y es por ejemplo; a que las elecciones políticas de cualquier país, sean menos probables que sean elecciones libres y que estén predeterminadas por otros. Esto no se daría si construimos ecosistemas de información abiertos
Para que no suceda esto último, la revolución digital necesita de un enfoque más ético de la tecnología, que integre normas y valores institucionales, culturales y morales en sistemas artificiales y autónomos. Se necesita, además un enfoque de diseño éticamente alineado en todos los aspectos del desarrollo tecnológico, desde los dispositivos inteligentes hasta el software que respalda a los gobiernos y mercados. Por ello para que la democracia siga siendo un modelo político viable, los sistemas de información que usan los gobiernos democráticos deben diseñarse para apoyar los derechos humanos, la dignidad, la autodeterminación, el pluralismo, la división de responsabilidades, la transparencia, la equidad y la justicia.

En la actualidad se tiene la capacidad de diseñar tecnología que nos sean útil, en lugar de esclavizarnos. Sin embargo esta visión es una parte de la ecuación, la otra es que se puede hacer un negocio muy lucrativo en vender privacidad a quien pueda pagar por ella. Por ello hay que centrar la atención en la reciente revelación de que una aplicación recolectó más de 85 millones de perfiles de Facebook y se los entregó a la consultora política Cambridge Analytica lo que provocó una oleada de rechazo a las empresas involucradas. Señalábamos que la empresa Cambridge Analytica fue creada en 2013 con el financiamiento del multimillonario estadounidense Robert Mercer, patrocinador republicano y considerado uno de los principales soportes económicos de la campaña de Trump. Mercer invirtió 15 millones con el objetivo de poseer una herramienta que permitiera conocer a los votantes e influir en sus decisiones. Al frente de la compañía estaba el británico Alexander Nix, que había dirigido en su país la consultora sobre mercadotecnia de los comportamientos Strategic Communication Laboratories (SLC) y que había puesto sus ojos en el lucrativo mercado de las campañas políticas estadounidenses. Fuente De Llano. Marzo 2018.

El País

¿Cómo funciona la manipulación hecha por Cambridge Analytica?

Utiliza a la empresa Facebook como su base de recolección de datos. Analiza los mensajes aparentemente más triviales y desechables -los «me gusta» – para recopilar información personal sensible sobre orientación sexual, raza, género, incluso inteligencia y traumas infantiles.

El académico de origen ruso Aleksandr Kogan, desarrolló una aplicación de Facebook que presentaba un cuestionario de personalidad, y Cambridge Analytica pagó entre 8 a 10 dólares) para que la gente lo tomara, anunciando en plataformas como Amazon Mechanical Turk.

La aplicación registró los resultados de cada prueba, recopiló datos de la cuenta de Facebook del usuario y extrajo los datos de sus amigos de Facebook, luego se combinaron con los datos de Facebook de cada encuestador para buscar patrones y construir un algoritmo para predecir los resultados para otros usuarios de Facebook.

El Test

El test, que legalmente estaba aceptado por cada uno de los participantes, daba acceso a algo mucho más grande. No solo se aportaba información con las preguntas respondidas, también permitía, que el propio Wylie hiciera uso de likes, comentarios o experiencias de cada usuario. Y no solo del que aceptaba; también de todos sus contactos.
Propagado como un simple virus, Wylie dominó casi 50 millones de cuentas de usuarios, hoy se señala que son un poco más de 85 millones. Wylie aprovechó uno de los mayores males de los usuarios para saber datos y cifras exactas para llevar a Trump a la presidencia. Los likes y algunas palabras clave de mensajes privados bastaban para lograr el objetivo. La estrategia fue la siguiente; observar la realidad, recoger datos de esa realidad, analizarla, limpiarla, hacer inferencias, predicciones o prescripciones, y luego tocar la realidad, es decir, alterarla, con la información nueva y que acabas de conocer de estos tipos de análisis

Pese a que Cambridge Analytica ha negado cualquier participación en los hechos que les vinculan con el escándalo con Facebook, de hecho en su propia web añaden un sistema para saber si los datos de cualquier usuario se han visto comprometidos, la realidad es que Facebook ya ha suspendido a la compañía de la actividad en la plataforma.
Se señala que fueron 270.000 personas las que lograron contestar a las preguntas elaboradas por Kogan, el cual tenía acceso académico a la plataforma. El psicólogo usó un mecanismo creado en 1960 que utiliza la puntuación conocida como los cinco Grandes rasgos que son Apertura a la experiencia, Responsabilidad (tesón), Extraversión, Cordialidad/Amabilidad y Estabilidad emocional (OCEAN por sus siglas en inglés):Esta misma establece los diferentes tipos de personalidades que hay: medida de apertura, conciencia, extraversión, amabilidad e inestabilidad emocional. Los cinco rasgos esenciales de las ciencias sociales. Un sistema muy parecido a un test propuesto por la Universidad de Cambrige. Así, Cambridge Analytica fue el cerebro detrás del triunfo de Donald Trump mediante campañas dirigidas con el análisis del comportamiento de los usuarios en las redes sociales y ha sido acusada de abonar en la polarización de la sociedad estadounidense.

Las preguntas obligadas sobre este importante tema de impacto global son las siguientes ¿estuvo o está en México la empresa Cambridge Analytica? Y a cuántos mexicanos le sustrajo datos esta empresa?

Según información de Facebook, México es el cuarto país en el que más datos sustrajo la empresa británica con 789,880, el 0.9% del total de usuarios.

Arriba de México se encuentran Filipinas, que tuvo elecciones presidenciales en 2016, con un millón 175 mil; Indonesia, que eligió presidente en 2014, con un millón 96 mil; y Reino Unido, que llevó a cabo un referéndum sobre la permanencia del país en la Unión Europea, con un millón 76 mil. Debajo de México están Canadá, con 622 mil usuarios; India, 562 mil; Brasil, 443 mil; Viertnam, 427 mil y Australia con 311 mil usuarios.

Según fuentes periodísticas la firma llegó a México en 2016 y hace diez meses su gerente general reconoció su interés en entrar a las campañas políticas. Pero la firma no tiene registro ante el INE para proveer servicios a los partidos políticos y su jefa de operaciones en el país ha borrado todas las huellas de reclutamiento que había dejado en internet. La primera vez que se hizo pública la presencia de la jefa de operaciones de Cambridge Analytica en México, Arielle Karro, fue el 4 de abril de 2016, cuando fue invitada al senado por panista Ernesto Cordero para que presentara su obra poética.

Ante lo sucedido en los Estados Unidos es importante analizar con lupa el papel que jugará de Cambridge Analytica en México. En especial, ante las sospechas que ya ha comenzado a levantar su forma de operar. Eso sin descuidar las formas y estrategias que realizan los partidos, especialmente del grupo de poder, que permitan que no se realice el sufragio libre, secreto e informado. Además de la utilización de los programas públicos del gobierno federal, estados y municipios con fines políticos que ensucian el proceso electoral. Hay que estar atento en las dos dimensiones; digital y territorial.

 

 

 

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