Dr. Carlos Germán Palafox Moyers
Docente e Investigador del Departamento de Economía de la Universidad de Sonora y Consejero del Observatorio Ciudadano de Convivencia y Seguridad del Estado de Sonora (OCCSES).
A menos que una moneda no haya sido respaldada por un gobierno, es poco probable, que sea completamente confiable. Sin embargo, esto no significa que no pueda convertirse en un juguete para los ingenuos e incrédulos, o un arma de destrucción masiva financiera para los explosivos políticos de todo el mundo. La historia de nuestra sociedad lo confirma
La notable volatilidad de Bitcoin y otras criptomonedas se ha convertido en un peligro latente no solo para el sistema financiero internacional, sino también para el orden político. La tecnología blockchain sobre la que se basan las criptomonedas promete un método de pago mejor y más seguro que cualquier otra cosa, y algunos creen que las criptomonedas reemplazarán a la moneda electrónica en cuentas bancarias tradicionales, al igual que las transferencias electrónicas reemplazo al papel moneda, que a su vez sustituyo esta última al oro y la plata.
Pero otros sospechan con razón que esta nueva tecnología podría ser manipulada o abusada. Es importante resaltar que el dinero es parte del tejido social. Durante la mayor parte de la historia de la civilización humana, ha proporcionado una base para la confianza entre las personas y los gobiernos, y entre las personas a través del intercambio. Casi siempre ha sido también una expresión de soberanía, en cambio las monedas privadas o particulares han sido muy raras.
Lo que la historia nos muestra es que cuando los estados o naciones producen dinero sin sustento, este dinero conduce a un estado fallido. Durante períodos de inflación o hiperinflación, la devaluación radical de la moneda destruiría la base del orden político y social de cualquier región del mundo. Por ejemplo sé presentó en el siglo XX, donde los períodos de inflación durante y después de las dos guerras mundiales destruyeron las instituciones políticas de Europa y avivaron las llamas del radicalismo.
El ejemplo más conocido de dicha guerra monetaria es el esquema de la Alemania nazi para imprimir billetes de banco de las potencias aliadas durante la Segunda Guerra Mundial. Alemania utilizo los bombarderos de largo alcance para arrojar billetes falsos sobre Gran Bretaña. Solo hay que imaginar el caos que habrían seguido después del bombardeo. Cualquier persona con una gran cantidad de dinero sería automáticamente sospechoso, y la confianza pública se erosionaría rápidamente generando un verdadero caos. Dejar caer el dinero bien podría ser más devastador que arrojar bombas.
Otra de las características del dinero es que es más fácil de manipular cuando se internacionaliza. En la era moderna, algunos estados han imprimido regularmente billetes del banco central, en particular los de los Estados Unidos con el fin de desestabilizar el dólar. También es importante recordar que en el 2001, el entonces primer ministro malasio Mahathir Mohamad intentó introducir un «dinar dorado» como respuesta al sistema monetario con sede en los Estados Unidos. Y en 2005, el jefe de seguridad de al-Qaeda, Saif al-Adl, sugirió utilizar el oro para derrocar al dólar. Hasta ahora, sin embargo, no ha habido ataques monetarios devastadores a nivel mundial. Estos ataques solo se han visto en ciertas películas, hasta ahora.
Lo primero que se debe saber, en este mundo globalizado, es que el Bitcoin es tanto una moneda como un sistema digital. Como moneda puede funcionar para todo lo que cualquier moneda sirve, pero en lugar de tener un respaldo gubernamental —como un banco central— que lo emita y lo respalde, se basa por completo en el sistema digital que fue ideado por su creador, Satoshi Nakamoto , en 2009 : que se soporta en la blockchain o cadena de bloques. Como consecuencia, una de las características más resaltantes de Bitcoin es que no le pertenece a ningún país o gobierno; y dado que su creador es anónimo y decidió que su invento fuera de licencia libre, tampoco le pertenece a ningún individuo o compañía privada. Quienes mantienen en funcionamiento su plataforma son los propios usuarios.
Para algunos analistas el Bitcoin es una moneda similar al dólar, el euro, el yen o cualquier otra moneda local en la que se pueda pensar. Sus usos son exactamente los mismos. Lo que marca una gran diferencia con las llamadas monedas tradicionales es que no existe de forma física. Se trata de una moneda digital que solo existe en la cadena de bloques o blockchain que la soporta y debido a un sofisticado proceso de verificación (consenso) de transacciones, no puede gastarse dos veces. Cada bitcoin — o porción de él — es único, pues cada transacción se registra públicamente (aunque sin datos personales) en un gran “libro” digital de contabilidad elaborado con complejas estructuras criptográficas, llamado blockchain o cadena de bloques. Por ello bitcoin es llamado ‘criptomoneda’ y es tan sólo la primera de su tipo. Al día de hoy existen una gran cantidad de criptomonedas.
Los usuarios pueden manejar sus fondos con monederos digitales que tienen tanto una llave pública (equivalente a un número de cuenta bancaria) como una llave privada (equivalente a la contraseña de la cuenta bancaria). Con ambas es posible realizar transacciones financieras desde cualquier lugar del mundo y en todo momento, por lo que, además, resulta una moneda que no posee ataduras territoriales, como sí las posee el dinero tradicional.
En Estados Unidos se decidió que las monedas digitales como las Bitcoins serán catalogadas en el país como una propiedad, y no como una divisa, lo que era la intención de sus creadores y de miles de usuarios de las monedas alrededor del mundo, que buscan una forma de comprar y vender productos y servicios a través de Internet, sin intermediarios ni recargos. Con esta caracterización será difícil hacer una fortuna sin hacer esfuerzo. Además si los Bitcoins son diferentes de las acciones de las bolsas de valores, ¿por qué hay gente que habla de volverse millonario con ellas? ¿Y por qué otros advierten sobre los millones que algunos han perdido tratando de hacer una fortuna rápida con las Bitcoins? La respuesta tiene dos partes.
Los Bitcoins son una forma de transferir valor. Quienes pretenden ganar dinero con las Bitcoins son personas que consideran que su precio de cambio con otras monedas como los dólares, los euros es muy bajo, y que en el futuro este valor subirá. En otras palabras, comprar Bitcoins con la meta de ganar dinero es igual a comprar dólares o euros con una meta similar: ganar dinero. O casi igual.
La segunda parte de la respuesta es que, a pesar de funcionar como una divisa que permite enviar dinero a cualquier persona a través de Internet, en cuestión de minutos y sin recargos por la transferencia, las Bitcoins no tienen la aceptación que tienen los dólares. Ni existen entidades que regulen a las empresas que aceptan Bitcoins, o a las casas de cambio que trabajan con ellas.
Por ello sí es posible perder dinero con las Bitcoins. Por un lado, porque su valor puede caer (como sucedió a principio de 2018, en lugar de subir. Y por otro lado, porque una casa de cambio o una empresa que las reciba como forma de pago pueden estafar a sus clientes, sin que haya entidades que intervengan para reembolsar a los perdedores.
En México se ha detectado que el uso de las criptomonedas se ha intensificado desde 2014. La fiebre internacional del bitcoin, con subidas y bajadas de más de 40% en cuestión de días, ha llevado a los reguladores de México a incluir a los activos virtuales en el borrador de la Ley para Regular las instituciones de Tecnologías financieras. Ante la falta de una ley vigente, el Gobierno solo ha podido avisar de la existencia de esquemas piramidales y estafas pero todavía no ha podido revisar ningún caso. Ante ello, es recomendable tener conocimiento sobre el negocio en el que se está apostando y en la tecnología que se está utilizando. En la actualidad se pueden comprar en algunas tiendas con monedas virtuales: locales de pizza, consultorios dentales, entre otras. Sin embargo nos quedamos con la opinión de un gran experto de las finanzas Jordan Belfort Para Jordan Belfort, el hombre cuya vida inspiró la película El lobo de Wall Street, plantea que el bitcoin es una «burbuja casi garantizada a reventar«.» Los promotores están perpetuando una estafa masiva del más alto nivel contra todos«, «Probablemente el 85 por ciento de la gente no tiene malas intenciones, pero el problema es que el cinco o diez por ciento está tratando de estafar«.WS